miércoles, 27 de octubre de 2010

6 éxitos conservacionistas que han evitado la extinción de especies


En el año de la Biodiversidad y cuando tanto se habla de catástrofes naturales y especies desaparecidas o amenazadas, resulta estimulante echar un vistazo a proyectos conservacionistas que han tenido éxito. Son esfuerzos de protección que han resultado en la recuperación de animales cuyo futuro estaba en entredicho hace no demasiado, como es el caso del rinoceronte blanco o el águila calva.


6. Águila calva
Los primeros estudios en 1700 estimaban que la población del águila calva en América del Norte se situaba entre 300.000 y 500.000 individuos. Como consecuencia de la contaminación con DDT, la población se redujo a sólo 412 parejas en la década de 1950.
Gracias a una serie de leyes en la década de 1970, incluidas mayores sanciones a la caza furtiva, se intensificó la protección de las águilas y, en 1972, la prohibición del uso del DDT ayudó a asegurar la limitada reproducción para esta emblemática ave.
A través de la cría en cautividad y los programas de rehabilitación, la población de águila calva en Estados Unidos aumentó hasta 100.000 aves en la década de 1990. En 1995, la población era lo suficientemente robusta como para que la especie fuera retirada de la Lista de Especies en Peligro.

5. Poblaciones de peces en EE.UU.
El agotamiento de las poblaciones de peces objeto de pesca excesiva no sólo pone en peligro la biodiversidad de los océanos, sino también cuesta dinero, unos 50 millones de dólares anuales, según un informe de la ONU de 2008. Sin embargo, algunas especies siguen siendo pescadas y puestas en peligro de extinción, una práctica que afecta a ecosistemas enteros.
El control de las prácticas de pesca destructivas y derrochadoras tiene un impacto significativo sobre la supervivencia de las poblaciones. Desde la aplicación de los programas de conservación y la legislación para frenar la pesca excesiva, las poblaciones en los Estados Unidos han comenzado a recuperarse. De hecho, en un informe de 2009, la NOAA encontraba que cuatro especies previamente amenazadas habían logrado formar poblaciones saludables.
El reciente informe mostró que, gracias a los programas de conservación en coordinación con los pescadores y los gestores pesqueros, el 85 por ciento de las poblaciones estudiadas estaban libres de la sobrepesca.

4. Reforestación en China
Más de un siglo de explotación forestal de alta intensidad y no regulada dejó áridas y secas grandes áreas de China. Los deslizamientos de tierra resultantes, las tormentas de polvo, las sequías y la desertificación planteó serias amenazas para la población del país y la economía.
En 2002, China decidió combatir el problema con un proyecto de reforestación masiva. Con la meta de plantar árboles en el cinco por ciento del país, -440.000 km²; España tiene 504.645 km² -, el ambicioso proyecto de reforestación es el mayor de la historia.

3. Bisonte americano
En el momento de la colonización europea de América del Norte, la población de bisontes en las Grandes Llanuras se estimaba en decenas de millones. Debido a la destrucción del hábitat y la caza, los grandes rebaños fueron prácticamente eliminados.
Entre 1868 y 1881, por lo menos 31 millones de bisontes fueron cazados furtivamente para comerciar con sus pieles. En la década de 1890, quedaban menos de 750 individuos. A pesar de que todavía pasarían varios años hasta que consiguieran la asistencia del gobierno estadounidense, a finales del siglo XIX los conservacionistas ya comenzaron a trabajar para salvar a esta pequeña población.
Hoy en día, gracias a los programas de conservación y reintroducción, así como al desarrollo de la industria de carne de bisonte, la población se ha recuperado por encima de los 350.000 ejemplares.
2. Rinoceronte blanco
A finales del siglo XIX, el rinoceronte blanco del sur fue declarado extinto. Fue entonces cuando un grupo de menos de 50 individuos fue descubierto en Sudáfrica.
Mediante la ubicación de esta población superviviente en nuevas áreas protegidas y en fincas privadas, los conservacionistas fueron capaces de reconstruirla. Estudios recientes estiman que más de 17.000 rinocerontes blancos viven en estado salvaje.
Revivir una población sostenible de una especie que se creía extinta es un enorme logro y, sin duda, uno de los mayores éxitos en la historia de la conservación.

1. Reservas Marinas mundiales
Amenazados por la acidificación del océano, la sobrepesca, el cambio de temperatura y la contaminación, los ecosistemas marinos y de arrecifes se encuentran entre los más frágiles del planeta. Siglos de abuso ha creado zonas muertas en el océano y en lo que respecta a la contaminación, el panorama es bastante sombrío.
Sin embargo, los esfuerzos para proteger los arrecifes y ecosistemas marinos ya han dado enormes resultados.
En la Gran Barrera de Coral en la costa de Australia, por ejemplo, el establecimiento de zonas protegidas donde la pesca está prohibida – apenas un 32 por ciento del total-, ha permitido que las densidad de peces se duplique. Otros estudios han mostrado que las reservas marinas permiten a los arrecifes recuperarse de los daños causados por la acidificación del océano.
A pesar de que estas reservas protegen sólo una pequeña parte de los océanos del mundo, su impacto es claro -de hecho en de todas las áreas de conservación- y demuestra que estos esfuerzos son esenciales para la supervivencia de muchas especies y ecosistemas amenazados del planeta.

Imagen: Renaud Fulconis

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